Alan Moore es un groso. Autodeclarado anarquista, lo cual se nota claramente en V for Vendetta, obra llevada al cine con un resultado dispar ya que, aunque con buenas intenciones y grandes actuaciones, queda afuera de la misma su condición principal de manifiesto anarquista. De hecho, Moore tiene en la actualidad una política estricta de desaprobación de cualquier adaptación cinematográfica de obras suyas, principalmente después de la basura que se hizo con la adaptación de The League of Extraordinary Gentlemen ("La Liga extraordinaria", bazofia total cuya vista aconsejo se evite fervientemente , ya que, aparte de ser una absoluta garcha, la historieta original es genial, y con ésta comparte prácticamente sólo el título). Desde aquí, Moore pareció decir: "Ok, quieren hacer mierda con mis obras, genial. Pero quiten mi nombre de ellas". Lamentablemente los derechos de las más grandes obras de Moore pertenecen a las editoriales, por lo cual no hubo nada que pudiese hacer don Alan para detener su realización, aunque las defenestra públicamente en cada oportunidad que se le presenta. Y si, su nombre no figura en ellas.
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