Este libro se escribió en 1977 al mismo tiempo en que tenían lugar en Italia luchas revolucionarias, y aquella situación, ahora profundamente distinta, debería tenerse en cuenta al leerlo hoy.
El movimiento revolucionario, incluyendo en anarquista, estaba en una fase de desarrollo y todo parecía posible, incluso una generalización del conflicto armado.
Pero era necesario protegerse del peligro de especialización y militarización que una restringida minoría de militantes intentaban imponer a decenas de miles de compañeros que estaban luchando con todos los medios posibles contra la represión y contra los intentos del Estado –más bien débil a decir verdad- de reorganizar la gestión del capital.
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