Korkoneas, el policía que asesinó a Alexandros Grigoropoulos, fue condenado a cadena perpetua y 15 meses de prisión por porsesiól de armas. Su co-acusado y complicidad en el asesinato, Saraliotis, fue condenado a 10 años. Saraliotis solicitó la suspensión de su condena hasta que el proceso de apelación.
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