Jean Marc Rouillan no tendrá que volver a la cárcel para dormir, pero llevará una pulsera de control y tiene la obligación de trabajar y de indemnizar a las viudas del general René Audran y del presidente de la Renault, Georges Besse, con una parte de su salario. Tampoco disfrutará plenamente del derecho a la libertad de expresión, no podrá hablar de lo que hizo, hace más de dos décadas, ni de por qué lo hizo. Con esta ridícula amputación del derecho de expresión, uno de los más elementales derechos humanos, el gobierno francés solamente demuestra que tiene miedo, un miedo atávico a una insurrección armada o a que resurjan grupos armados que hagan de justicieros contra banqueros, empresarios, políticos, generales, y corruptos de todo tipo. La justicia francesa se lo impide expresamente bajo la amenaza de volverlo a encarcelar, como ya hizo el año 2007 cuando contestó a un periodista de L’Express: “No puedo hablar sobre el pasado, pero el simple hecho de no poder hablar ya es una respuesta. Si me hubiera arrepentido o hubiera escupido sobre nuestro pasado, de seguro me dejarían hablar”. Lo condenaron por estas palabras a dos años de prisión. ¡Así las gastan en Francia!
Lo que Rouillan no puede expresar
Lo que Jean Marc Rouillan no puede explicar es que promovió, fundó y animó grupos armados y múltiples acciones violentas contra el capitalismo. No puede decir que creía que “el capitalismo no cedería un cambio si no era defendido por medio de las armas” ni que” la lucha armada era la manera de provocar una insurrección popular contra la dictadura del capitalismo”.
No le dejan hablar de su experiencia en grupos armados contra el sistema capitalista, el causante de cientos de miles de muertos, de guerras, el expolio y robo de riquezas, cuyos agentes son los verdaderos terroristas. De que fue militante y miembro del MIL, Movimiento Ibérico de Liberación, de los GAC, Grupos Autónomos de Combate, de los GARI, Grupos de Acción révolucionaria Internationalista, y de Action Directe. Grupos armados que tenían sus raíces en grupos de afinidad anarquistas, en la FAI o en los maquis, y de los que él se siente continuador y heredero.
Action Directe fue el único grupo francés que atacó con las armas de manera persistente y continuada al neoliberalismo incipiente de los años 80. Nose lo perdonan. Los ataques, atentados, y sabotajes se dirigían a los símbolos del poder capitalismo. Por ejemplo, contra bancos, contra la bolsa, contra entidades y empresas de Israel, contra multinacionales de EEUU, contra sedes del FMI, de la OTAN, policía de todo tipo, juzgados y medios de comunicación oficiales. Subversión, sabotaje y clandestinidad eran el pan de cada día de los miembros Acción Directa.
Jean Marc Rouillan, de 59 años, es un francés muy vinculado a Cataluña y la revolución española. Luchó contra la dictadura franquista, comprometido en la lucha anticapitalista, un hombre de acción, solidario con los prisioneros y oprimidos. Uno de los pocos que fue coherente con el compromiso de continuar la lucha armada, una lucha que llevaba inevitablemente a la cárcel o a la muerte.
Jean Marc Rouillan, autor de culto.
Jean Marc Rouillan es también un escritor con una docena de obras de las que se pueden destacar, traducidas al castellano: Odio las mañanas, editorial Llaüt de Barcelona, sobre las cárceles francesas; Paul de Épinettes de las editoriales Llaüt y Pepitas de calabaza, es un relato filosófico sobre la función destructiva y asesina de las cárceles. Sus dos libros autobiográficos publicados por la editorial Virus: De memoria I. Los comienzos: otoño 1970 Toulouse, sobre su iniciación a la concienciación política, las manifestaciones contra el franquismo, la vida en comunidad, los exiliados anarquistas de Tolosa, la contracultura, las primeras expropiaciones; De memoria II. El duelo de la inocencia: Barcelona, septiembre 1 973, es el relato del comando guerrillero del MIL formado por Jean Claude Torres, Salvador Puig Antich y Rouillan, hasta a la detención de Puig, cuenta la vida del grupo guerrillero en Barcelona y argumenta la tesis de que Puig Antich sí que mató a uno de los policías que lo detuvo; De memoria III, la corta estación de los GARI, Tolosa 1974 saldrá en septiembre, editado por Agone sobre los Grupos de Acción Revolucionaria Internacionalista y su acción más destacada, el secuestro del banquero Suárez.
“El fascismo borra y destruye la memoria” dijo Jean Marc Rouillan en una ocasión y con sus libros hace un esfuerzo para rescatar la historia silenciada y tergiversada.
Jean Marc Rouillan cuenta el intento de ejecución de Creix, una de las pocas acciones políticas del MIL (Memorias II) ¡Puig Antich tenía buenas informaciones sobre dónde vivían los hermanos Creix, jefes de la odiada BPS, Brigada Político Social, de Barcelona, brutales torturadores de detenidos políticos. Eran una especie de hermanos Badía (Miguel Badía fue el famoso jefe de los mozos de escuadra de la República, también perseguidor y torturador de anarquistas). Rouillan cuenta que durante una localización y seguimiento de Creix quiso liquidarlo en Urquinaona, sin esperar para hacerlo en el lugar propicio, frente a la casa familiar en Pedralbes.
Hay que hacer un reconocimiento a todos los medios libertarios y anticapitalistas que han dado información sobre Jean Marc Rouillan y sus compañeros de Acción Directa. Igualmente agradecer a todos los colectivos, entidades y personas que han ido pidiendo la libertad de Jean Marc Rouillan, en especial al grupo Tokata de Valencia que han traducido y difundido escritos de Jean Marc Rouillan y realizado acciones para exigir al Gobierno francés su liberación, así como una serie de charlas y presentaciones de los libros de jean Marc Rouillan.
La prensa oficialista francesa ya está anunciando que el peligroso terrorista Jean Marc Rouillan sale en libertad y distribuyendo dosis de miedo y pánico, cuando los verdaderos terroristas son Sarkozy, Obama, la OTAN ¡Siempre nos informan al revés y nos distraen!
Txema Bofill, La Bisbal d’Empordà, 17 de mayo, 2011
(Artículo publicado en la Directa, ampliado)
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