15 septiembre 2011

Algunas reflexiones, falsas reivindicaciones y pleonasmos acríticos e inmóviles.

POR CRIS *TANWOOD
En estos tiempos de la Cólera (ira), cuando al “pedir” a voz enmudecida nuestros derechos a la clase política, traducido en gritos mudos sobre sus oídos apagados, no se vislumbra respuesta clara alguna (no existen ni el consenso ni los acuerdos), más bien se desprenden rasgos endémicos de dependencias, trazos de esbozos desdibujados, de palabras vacías que no dicen nada, se prefiguran las mil y una lógica de semánticas llamativas, de retóricas planteadas al son de lo que “demanda la mayoría”, esa mayoría que oculta las miserias a la cual se ve expuesta la humanidad y no pueden desgajarse de ellas, pues su posicionamiento frente a la tragedia es la resignación de pedir lo innecesario y acomodarse con lo insuficiente, más allá de lo que se les permite ver, pero más cerca de ese horizonte que descuelga de sus manos. 



No somos capaces de mirar el punto de dispersión de la realidad, nos tienen golpeando nuestras cabezas en las murallas del olvido, en puntos de no retorno, cayendo en lo innegable, en la exteriorización y delegación de nuestros asuntos, es a eso a lo que los pueblos llaman con vehemente obstinación “resistencia”, es la proyección de nuestros deseos suspendidos, ordenados de manera tal, que tales deseos no son capaces de romper el status quo, más bien serán y son en sí mismos sus soportes. Esa dispersión de realidad, nos aleja de nuestros sentidos, decodificando los símbolos y representaciones abstractas del todo, de nuestros sentires y pensares, de todo a lo cual no podemos acceder realmente, ya que todo aquello está trastocados por ese toque inercial de moralidad civilizatoria, esa que nos comporta y nos desordena, que crea enemigos ficticios para mantener la concatenación de los elementos de producción fuera del alcance de los miserables. 

Antagónicos los quieren, así los mantienen disueltos de la totalidad de facultades individuales, potenciado la correlación y acumulación de la sociedad en grupos con ideas en común, no es más que el ordenamiento de la población, de acuerdo a las necesidades del mercado, no una sublevación de fuerza mayor, provenientes de la efervescencia que provoca el miedo a la frustración y a la decadencia. 

Lo que “demanda la mayoría”, nos sume en lo cuantitativo (cantidad) donde la organización del rebaño en grupos nos hace apiñarnos y en ello está la reprobación de nuestra capacidad de hacer por y desde nosotros mismos. Refleja nuestros miedos y los hace colectivos, nos oculta bajo sentimientos reprimidos, esos que aborrecen las potencialidades del yo, alienados en sentimientos de inferioridad de manera tal, que necesitamos de otros para resolver nuestros asuntos, para ello, ya sensibilizados y debilitados, lloramos a los muertos de la historia, esas condiciones de vidas que son como silogismos reiterados, ante ello nuestra posición frente a la inmundicia no es más que la perpetuación de las normas por otros medios y el estado desde otras mentes y formas, *per infinitum*. 

Cris *Tanwood*, Desde alguna región del estado $hileno.

2 comentarios:

  1. entiendo completamente el pesimismo que polula en nuestros ambitos tan golpeados como golpeadores, refractarios de esta socidad que tanto gusta de la miseria ajena, y que se regocija en el control mental del gran hermano y las medicinas modernas para la enajenacion (pastillas/television). muchos nos hemos curtido, en nuestras vidas politicas, del pesimismo, que no viene a ser mas que producto del ejercicio de la retrospeccion histórica en esteterritorio que le llaman $hile. sin embargo hay un par de cosas que creo que este nuevo contexto nos presenta, que son nuevas y que le dan una pequeña bofetada a mi pesimismo un tanto misantrópico y que ayudan a mantener, no un positivismo ciego e iluso, pero si un escepticismo a nuestras peores predicciones. entre otras, uno de los elementos principales que conforman la linea de frente contra mi pesimismo es el nivel de emergencia de jovenes, sobretodo en el nivel secundario, que se ha puesto del lado negro de la fuerza, y no solo eso, sino que ademas, aprendiendo de cierta manera a travez de esta experiencia, han comenzado, impulzados por sus ideas, a practicar las ideas, de manera incipiente, claro esta, lejos estamos de decir que las tomas funcionan como centros autonomos liberados y sin jerarquias, pero si, para quien pueda darse un paseo por algunos colegios, notara un nivel de horizontalidad que en algunos casos sorprende.
    por otro lado, creo tambien importante hacer un alcance de nivel historico y es que lo que pudiesemos llamar movimiento anarquista (para asuntos practicos), tiene una historia ingrata, despues de la decada del 40, con los gobiernos de ibañez del campo, y esa suerte de gobierno procorporativista, los anarquistas se fueron a la chucha y tanto como perdieron fuerza numerica, tambien perdieron fuerza activa dentro del sector contestatario; esto dejo para el futuro una brecha inmensa de nula presencia acrata, claro, hay personajes destacados que han sido presencia notable, como manuel rojas por nombrar a alguien, pero en concreto, hasta los noventa, gracias al punk, no hay practicamente, una presencia que situe al anarquismo en alguna zona del espectro politico $hilensis, entonces todos quienes comenzaron anutrirse de estas ideas, lo hicieron/hicimos a tropiezos, caidas dolorosas, y con gustos tambien, en fin, con aciertos y desaciertos -mas los segundos claro estamos-, no hubo quien nos dijera "asi es como lo hicimos nosotros, tomen este conocimiento y utilicenlo" y esa es una de las causas quizas del porque nos volvimos tan sectarios, ensimismados en nuestros problemas, por falta de conocimiento. la vinculacion con este movimiento, es que porfin hay una presencia radical en estas instancias, cuyo politicismo esta quizas alimentado pr las mismas causas que nos alimentaron a nosotros, pero tambien ellos son conocedores de su historia reciente, de nuestra presencia marginal y activa en el espectro tanto popular como ofensivo (aunque pudiese gustarnos o no cada uno de estos sectores, y otros que no haya nombrado) y aqui nosotros quizas como una tarea debemos brindar aquel conocimiento necesario para que estos cabros sepan de nuestro corto y pedregoso camino, hermoso por lo demas, porque las experiencias humanas mas bellas las hemos conocido en estas instancias -almenos en mi lugar, aunk tambien hemos conocido la traicion.
    solo me queda por decir, que esta es una experiencia, que no resolvera ninguno de los problemas fundamentales, como el capital y la autoridad, sino que sera a lo sumo, como dices el establecimiento de un bien innecesario, sin embargo, quedara en los actores, la marca de la experiencia que han adquirido, y con ello, quizas, augurios menos negativos para el futuro.

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  2. quisiera tambien colocar un bello escrito del autor antes nombrado...

    DE QUE SE NUTRE LA ESPERANZA, por MANUEL ROJAS

    Todo ser humano, por miserable que sea su condición, tiene una esperanza, pequeña o grande, noble o innoble, inalcanzable o próxima, pero esperanza al fin. Una parte de su ser vive en y de esa esperanza, se alimenta de ella y en ella.

    Hay días en que esa esperanza amanece reducida al mínimo, misérrima, espantosamente misérrima. Sus posibilidades de realizarse se han alejado o destruido y el ser humano piensa y siente que más valdría que esa esperanza muriese y con ella aquella parte de su ser que vive de ella y en ella, que se alimenta en ella y de ella y que en esos momentos ni se alimenta ni vive, pues está miserable, tan miserable como la esperanza misma.

    Pero el hombre tiene, además, otra esperanza: la de que han de venir días mejores para la suya. La deja, entonces, así, pequeña, entumecida, raquítica, y espera; rechazarla sería rechazarse a sí mismo, matarla equivaldría matar lo que él más estima en sí mismo.

    Hay veces en que el ser humano espera vanamente: su esperanza muere en él, tan marchita como él. Otras veces, en cambio, en aquella raíz casi podrida hay un rebrote, un rebrote que puede morir al poco tiempo o que puede traer otros y otros, fuertes y erguidos, apretados de savia, casi agresivos de vitalidad. El ser humano se siente entonces como debe sentirse un rosal en septiembre: pleno, próximo a estallar, incapaz de resistir la ola de vida que asciende y circula por sus venas. La esperanza está próxima a convertirse en realidad.

    Se ha esperado mucho tiempo, han transcurrido muchos días, terribles y amargos días, días de silencio, días en que se prefería no recordar que se tenía una esperanza, días de rencor contra aquello que impedía su desarrollo, días de desprecio para lo que pudiendo vigorizarla, no la vigorizaba. Días de desprecio, en fin, para sí mismo. ¿Cómo se pudo poner una esperanza en manos tan inhábiles, entregarla a dedos tan torpes, a fuerzas tan inútiles?

    Todo aquello, sin embargo, no fue en vano: aquí está la esperanza, rebrotando con una fuerza que produce miedo, con una fuerza que está casi más allá de nuestra capacidad de soportarla. Es triste, claro está, muy triste que una esperanza se nutra de hombres muertos, de ciudades rendidas o destrozadas, de incendios, de sangre y de exterminio, pero no siempre le es dado al hombre elegir la materia con que se nutrirá su esperanza.

    Babel. Revista de Arte y Crítica. Santiago de Chile, Año IX, Vol. XI, N° 46, Julio – Agosto, 1948, pp. 201 – 202.

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