22 de abril de 1891 – 23 de agosto de 1927 |
La vida de cada compañerx tiene que ser recordado, no como mártir, ni mucho menos como héroe, sino como unx de lxs nuestrxs que no tuvo miedo para enfrentar al Estado y al Capital.
El caso de Nicola Sacco, fue un juicio político, se le juzgó por ser anarquista y ser inmigrante. Lo cual se sigue repitiendo a través del tiempo. Al anarquista se le juzga por ser enemigo declarado de toda autoridad y el capital.
Condenado a muerte por el asesinato de un pagador y su guardia de la compañía Slater & Morril Shoe y el robo de $16 mil dolares. Siendo ejecutado el 23 de agosto de 1927, en la silla eléctrica.
Secretario del tribunal, Worthington: Nicola Sacco, ¿Tiene algo que decir sobre por qué no se deberia haber dictado una sentencia de muerte sobre usted?
Nicola Sacco: Si, señor. No soy ningún orador. No me es muy familiar el idioma inglés, y como sé, como mi amigo me ha dicho, mi camarada Vanzetti hablará más extensamente, por lo que pensé darle la oportunidad.
Nunca conocí, nunca tuve noticias y ni siquiera leí en la historia nada tan cruel como este tribunal. Después de siete años de procesamiento todavía nos consideran culpables. Y estas benévolas personas aquí están dispuestas con nosotros en este tribunal hoy.
Nicola Sacco: Si, señor. No soy ningún orador. No me es muy familiar el idioma inglés, y como sé, como mi amigo me ha dicho, mi camarada Vanzetti hablará más extensamente, por lo que pensé darle la oportunidad.
Nunca conocí, nunca tuve noticias y ni siquiera leí en la historia nada tan cruel como este tribunal. Después de siete años de procesamiento todavía nos consideran culpables. Y estas benévolas personas aquí están dispuestas con nosotros en este tribunal hoy.
Sé que la condena será entre dos clases, la clase oprimida y la clase rica, y siempre habrá colisión entre una y la otra. Confraternizamos con la gente de libros, con la literatura. Ustedes persiguen al pueblo, lo tiranizan y lo matan. Tratamos siempre la educación del pueblo. Ustedes tratan de poner una línea entre nosotros y alguna otra nacionalidad para que se odien mutuamente. Esa es la razón por la cual estoy aquí en este banco, por haber sido de la clase oprimida. Bueno, ustedes son los opresores.
Usted lo sabe, juez Thayer, usted sabe toda mi vida, usted sabe por qué estoy aquí, y después de siete años que han estado persiguiéndome a mí y a mi pobre esposa, y todavía hoy nos condenan a la muerte. Me gustaría contar toda mi vida, ¿pero de qué sirve? Usted sabe todo sobre lo que expresé antes, es decir, mi camarada, hablará porque está más familiarizado con el idioma, y le daré una oportunidad. Mi camarada, el hombre amable con todos los niños, ustedes lo condenaron dos veces. En el caso Bridgewater y en el caso Dedham, relacionado conmigo, y ustedes saben que es inocente.
Ustedes olvidan a toda esta población que ha estado con nosotros durante siete años, simpatizando con nosotros y dándonos toda su energía y toda su amabilidad. No son de importancia para ustedes. Entre esas personas y los camaradas y la clase trabajadora hay una gran legión de intelectuales que han estado con nosotros durante siete años, para que no aplicaran la injusta condena, pero aun así, el Tribunal sigue adelante. Y deseo darles las gracias a todos ustedes, a mis camaradas quienes han estado conmigo durante siete años, con el caso Sacco Vanzetti, y daré una oportunidad a mi amigo.
Usted lo sabe, juez Thayer, usted sabe toda mi vida, usted sabe por qué estoy aquí, y después de siete años que han estado persiguiéndome a mí y a mi pobre esposa, y todavía hoy nos condenan a la muerte. Me gustaría contar toda mi vida, ¿pero de qué sirve? Usted sabe todo sobre lo que expresé antes, es decir, mi camarada, hablará porque está más familiarizado con el idioma, y le daré una oportunidad. Mi camarada, el hombre amable con todos los niños, ustedes lo condenaron dos veces. En el caso Bridgewater y en el caso Dedham, relacionado conmigo, y ustedes saben que es inocente.
Ustedes olvidan a toda esta población que ha estado con nosotros durante siete años, simpatizando con nosotros y dándonos toda su energía y toda su amabilidad. No son de importancia para ustedes. Entre esas personas y los camaradas y la clase trabajadora hay una gran legión de intelectuales que han estado con nosotros durante siete años, para que no aplicaran la injusta condena, pero aun así, el Tribunal sigue adelante. Y deseo darles las gracias a todos ustedes, a mis camaradas quienes han estado conmigo durante siete años, con el caso Sacco Vanzetti, y daré una oportunidad a mi amigo.
Olvido una cosa que mi camarada me recuerda. Como expresé antes, el juez Thayer sabe toda mi vida, y sabe que nunca he sido culpable, nunca – no ayer, ni hoy, ni nunca.
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